Jumat, 06 Agustus 2010

Argentina celebra la primera boda gay

Sellaron con un beso para las cámaras 34 años de amor, y muchos de militancia. Una pareja de dos hombres del espectáculo se convirtió en la primera en dar "el sí" en la ciudad de Buenos Aires bajo la ley de matrimonio igualitario en Argentina.



El actor Ernesto Larrese y el representante artístico Alejandro Vanelli fueron los protagonistas de la primera boda gay porteña reconocida por el Estado nacional, después de que el Senado diera sanción a la norma que habilita el casamiento entre homosexuales, el pasado 15 de julio.

La presidenta Cristina Fernández promulgó la ley una semana más tarde, convirtiendo a Argentina en el primer país latinoamericano donde las parejas del mismo sexo vieron equiparados sus derechos con sus pares homosexuales, incluido el de adopción.

Bajo una lluvia persistente e invernal y vestidos ambos de traje oscuro y corbatas rayadas en celestes y azules, los novios llegaron a un registro civil del barrio porteño de Palermo.

Tomados de la mano, escucharon las palabras de la jueza que los declararía "contrayentes", el nuevo término que, según determina la flamante ley, reemplaza al de "hombre y mujer" en el Código Civil argentino.

"Esta ceremonia, además de ser de matrimonio, es de reconfirmación de lo que hace tiempo ya decidieron, que es estar untos. Formaron una hermosa pareja, pero les faltaba algo: legalizar esta unión… es el marco jurídico del amor", dijo la funcionaria.

Y agregó: "Después de una lucha de tantos años, lograron que el país decidiera apostar por la inclusión".

Sala emblemática

La boda se convirtió, así, en mucho más que un acto civil que compete a dos individuos: tuvo valor histórico y contó con la presencia de actores, políticos, muchos periodistas y representantes de organizaciones de lucha por la igualdad. Hubo varias interrupciones por aplausos, discursos emotivos, banderas arco iris y hasta marionetas saltarinas en medio de la audiencia, que desbordó la sala.

Fue en este mismo escenario donde, en diciembre de 2009, la pareja de Alex Freyre y José María di Bello congregaron a sus invitados para una ceremonia que finalmente no se realizó: un juzgado de orden nacional dio lugar a un pedido de nulidad y los dos hombres finalmente decidieron completar su unión en la provincia de Tierra del Fuego, con un permiso especial de la gobernadora.


Larrese y Vanelli también habían iniciado la carrera del reclamo legal presentando una solicitud para formalizar su relación en 2007. Ahora, la ley habilita a cualquier pareja, independientemente de su opción sexual, a solicitar turnos en los registros civiles sin más trámites ni recursos de amparo.

Tras la ceremonia, Vannelli, de 61 años, agradeció a los militantes de la comunidad gay, a los que definió como "unas bestias incansables, firmes para la lucha".

"A todos los homofóbicos les digo que estén tranquilos, que no va a pasar nada que a ellos los perjudique, no tienen nada que temer. Cualquier fobia se cura con amor y lo que viene es más amor, más igualdad, y eso no puede ser más que positivo", afirmó, por su parte, Larrese, quien junto a su flamante esposo es activo militante de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt).

La farándula y los invitados familiares comenzaron hoy con los festejos, pero seguirán el próximo 6 de agosto, en una fiesta para 400 personas con la que el nuevo matrimonio tiene pensado marcar el acontecimiento.

"Son un modelo de amor para nosotros, para aquellos que los conocemos. Tiene una dimensión personal, pero es innegable que también este día es histórico. Ellos son pioneros en generar cambios en la historia de nuestra sociedad", dijo el actor Boy Olmi, uno de los testigos de la ceremonia.

Sin embargo, la boda porteña perdió una suerte de carrera desatada entre parejas del país por ser las primeras en dar el sí. El primer matrimonio gay en el país ocurrió fuera de Buenos Aires, en la provincia norteña de Santiago del Estero.


Casi dos horas antes que Larrese y Vanelli, José Luis David Navarro, de 54 años, y Miguel Ángel Calefato, de 65, se casaron en la localidad santiagueña de Frías. Navarro, arquitecto, convive con su pareja, un administrativo jubilado, desde hace 27 años.


Aunque se había informado que la primera ceremonia civil se realizaría el sábado, las solicitudes de estas dos parejas fueron adelantadas.


¿Por qué la intención de ser "los primeros"? Muchos señalan que llevar ese título, con gran peso simbólico, es una razón suficiente. La oferta de la Secretaría de Turismo de México de regalar una luna de miel gratuita en Cancún a los pioneros también puede haber jugado su parte.

Más allá de los sentimientos, los contrayentes coincidieron en que la decisión de legalizar su unión tiene un trasfondo legal-económico.

"Uno buscaba los artilugios legales para quedar protegidos, pero cuando apareció la ley esto se convirtió en una posibilidad que hoy se concreta. No sé cómo va a sonar, pero es casi un trámite. Hasta ahora, todo el mundo que habíamos construido juntos de pronto podía venirse abajo", expresó Navarro en una entrevista televisiva tras la ceremonia.

Al igual que lo hace en los matrimonios heterosexuales, la ley recién promulgada regulariza, entre otras medidas, los derechos de sucesión y herencia, y da acceso a una obra social compartida en parejas del mismo sexo, a las que también otorga el derecho de adopción.

Los recién casados, sin embargo, descartaron esta opción.

"Nunca pensamos, aunque estamos totalmente de acuerdo con la posibilidad de adopción de cualquier ser humano que esté en condiciones", dijo un contrayente.

"Y… ya estamos grandes", reconoció el otro.

En tanto, otras tres parejas contraerán matrimonio mañana en las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza.

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